Domingo 12 Posterior a Pentecostés/ TONO 1

☦️ Rev_P. Estefan
30 ago
6 Min. de lectura

Actualizado: 7 sept

EPÍSTOLA: 1 Cor 15: 1-11

EVANGELIO: Mt 19: 16-26

COLOR LITÚRGICO: Dorado

Las lecturas que nos trae el calendario para este Domingo, nos hablan de la resurrección de los muertos en la carta del Santo Apostol Pablo y, la narración del joven rico en el evangelio de San Mateo.

En las sagradas escrituras, encontramos varios pasajes en los que Jesús se encuentra con personas adineradas y, no vemos que Él haya pedido a esos ricos que vendieran sus propiedades. Podemos recordar que comía con ellos, se hospedaba en sus casas y citamos a: María, a Martha, a zaqueo el publicano que, no eran gente pobre; hasta el punto que la tumba en la que fue sepultado Jesús fue un sepulcro nuevo que pertenecía a José de Arimatea, hombre adinerado miembro del Sanedrín.

De tal manera que esta exigencia al joven rico, es una situación particular. Porque Jesús conoce el corazón de este hombre que buscaba ganarse la vida eterna, a su manera. Porque pudo pensar que el Señor le pondría una forma de salvación conforme a su situación económica, como una obra de caridad, o de ponerse a las órdenes del Maestro, o algo parecido y, no una exigencia como lo era el perder tontamente el control de su vida. Porque, al renunciar a su autonomía y reconocer la autoridad de Dios para que fuera el mismo o Señor el que controlara su vida, sería un camino más propicio para alcanzar vida eterna. El mensaje de Jesús, no fue, el que por el solo hecho de hacer buenas obras se gana la salvación o por repartir las riquezas.

Las sagradas escrituras, nos dicen que tener riqueza, implica responsabilidades como las de tener compasión con los pobres; no dice que el rico tenga que vender sus posesiones y dar las ganancias a los pobres, sino de hacer uso de los dones que Dios les ha dado de manera sabia.

El joven rico, quería en su interior manipular al Señor y, Jesús lo sabía y tuvo compasión de él y, por ello recurrió a despedirlo con palabras claras que, le darían al joven el comprender que había fracasado.

La posición de Jesús frente a este rico, es la misma con respecto a muchos ricos de hoy y de siempre; medidas drásticas frente a sus conductas de opresión y falta de misericordia frente a los pobres.

Porque, los pobres están en una mejor posición espiritual para aceptar el evangelio como lo dice el mismo Jesús; el pobre no puede acudir a las riquezas para protegerse de la pobreza espiritual, como si lo hace el rico.

Las mejores cosas que tiene la vida, no están relacionadas con la riqueza, como lo puede ser una buena salud, que hace al pobre estar mejor materialmente que alguien con dinero, que padece una enfermedad que no se puede sanar. Una persona que gana poco, que tiene que distribuir un salario mínimo, puede disfrutar de amigos, de familia, de amor y del esplendor de la naturaleza, tanto como una persona con dinero. Lo fundamental es analizar cuál es el papel que desempeña la riqueza y las posesiones en nuestra vida, si ellas son para que nos den posición social, seguridad personal, comprar conciencias, o, las tomamos como una gracia y bendición de Dios para que con ellas se cumplan unas tareas y misiones para lograr el reino de Dios. Qué hacer con nuestras necesidades físicas: Aunque Jesús no nos dice que las posesiones sean malas en sí mismas, sí definió claramente dónde debe estar nuestro enfoque: “Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

Con la expresión que hace Jesús sobre la aguja y el camello, y su relación con el reino de los cielos para los ricos; Jesús presentó una imagen deliberadamente absurda para causar una fuerte impresión en los que lo escuchaban. Él quería que sus discípulos reconocieran que las riquezas pueden ser un gran obstáculo para la salvación. Luego, para expresar que no todas las personas con dinero rechazan la salvación añadió: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios”. Por medio de la obra del Espíritu Santo, hasta la gente rica a veces reconoce su pobreza espiritual, se arrepiente de sus pecados, y sigue a Cristo.

Icono de la Virgen la Reina de todos (Пантанасса)

El icono de la Virgen Pantánassa (Пантанасса), cuyo nombre significa “Soberana de todos” o “Reina de todos”, ocupa un lugar privilegiado en la tradición ortodoxa. El original se encuentra en el Monte Athos, en el monasterio de Vatopedi, y fue pintado en el siglo XVII. Desde su llegada al monasterio comenzó a ser reconocido como taumaturgo, es decir, portador de milagros, y muy pronto atrajo la devoción de los fieles que acudían a la Madre de Dios en busca de ayuda y consuelo.

Uno de los primeros milagros asociados a este icono marcó profundamente la conciencia de la Iglesia. Un joven se acercó con pensamientos de hechicería y ocultismo, pero de pronto el rostro de la Virgen brilló con una luz intensa que lo derribó al suelo. Avergonzado y conmovido, confesó sus pecados y cambió de vida, entregándose sinceramente a Cristo.

Este hecho mostró que la Virgen Pantánassa es poderosa no solo para sanar enfermedades físicas, sino también para liberar de las cadenas espirituales y conducir a los hombres al arrepentimiento.

El icono pertenece al tipo conocido como “Theotokos entronizada”. La Virgen aparece sentada en un trono, signo de su dignidad real y de su participación en la gloria de su Hijo. Sobre sus rodillas sostiene al Niño Jesús, quien bendice con la mano derecha y en la izquierda lleva un rollo, símbolo de la Palabra eterna de Dios y de la Sabiduría Divina. La Virgen viste manto púrpura, color de la realeza, y túnica azul, que expresa el misterio Divino. El fondo dorado recuerda que lo representado no es una escena terrenal, sino la realidad del Reino celestial. Así, la Madre de Dios se presenta como Reina gloriosa, pero a la vez cercana a quienes la invocan con fe.

A lo largo de los siglos, la Virgen Pantánassa ha sido invocada especialmente por quienes sufren enfermedades graves, sobre todo cáncer. Muchas familias han testimoniado curaciones y alivio después de orar con confianza ante este icono. De ahí que en numerosas iglesias ortodoxas se celebran oraciones especiales, como los himnos de súplica o Paráclisis y el Akáthistos, dedicados a la Reina de todos.

La Virgen Pantánassa muestra que María no es una figura distante, sino Madre e intercesora. Ella reina desde el cielo, pero escucha las súplicas de sus hijos en la tierra, sosteniéndolos en la prueba y conduciéndolos hacia Cristo. Ante su icono, el creyente encuentra esperanza, sanación y la certeza de que no camina solo, sino bajo la protección de la Reina de todos.

TROPARIO- Tono 1

Al dar a luz preservaste tu virginidad, Al quedarte dormida no abandonaste el mundo, oh Theotokos. Fuiste trasladada a la vida, oh Madre de la Vida, y con tus oraciones, libras nuestras almas de la muerte.

KONTAKIO- Tono 2

Ni la tumba, ni la muerte podrían contener a la Theotokos, quien es constante en la oración y nuestra firme esperanza en sus intercesiones. Por ser la Madre de la Vida, Ella fue traducida a la vida por Aquel que moraba en su matriz virginal.

"¡Maravilla maravillosa! La Fuente de la Vida se coloca en la tumba, y la tumba se convierte en la escalera al Cielo ... " Aquí en la tumba de la Virgen, estas palabras golpean profundamente con su sentido original y el dolor se disipa por la alegría:"¡Salve, llena de gracia, el Señor está contigo, concediendo al mundo, a través de ti, ¡gran misericordia!

Santoral

Domingo 12 Post-Pentecostés/ TONO 3

Domingo 31

Icono de la Virgen la Reina de todos (Пантанасса)

(1 Cor 15:1-11/Mt 19:16-26)

SEPTIEMBRE

Semana 13 Post-Pentecostés/Tono 3

Lunes 1

Los mártires Timothy, Agapius y Thekla (alrededor de 304)

(2Cor 8:7-15/Mc 3:6-12)

Martes 2

Profeta Samuel (1010 a.C)