Nacimiento de San JUAN BAUTISTA el PRECURSOR
- Arch.D_Estefan

- 7 jul
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"Quien prepara el camino del Señor no necesita brillar por sí mismo, sino reflejar la luz de Aquel que viene tras él."
Hoy la Iglesia celebra con solemnidad el nacimiento de San Juan Bautista, el Precursor del Señor. Es una fiesta singular: normalmente conmemoramos a los santos el día de su tránsito a la vida eterna, es decir, su muerte. Pero hoy hacemos una excepción luminosa porque el nacimiento de San Juan fue en sí mismo un signo profético: anunció la venida del Mesías como el lucero que brilla antes del amanecer.
El Evangelio de Lucas nos introduce en este misterio con la historia de Zacarías e Isabel (Lc 1:5–25). Ambos eran justos ante Dios, pero sin hijos y ya de edad avanzada. Y cuando Zacarías, sacerdote del templo, recibe la visita del arcángel Gabriel, este le anuncia que su oración ha sido escuchada: "Tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan" (Lc 1:13). Pero Zacarías duda. Y entonces el ángel le responde con firmeza: "Te quedarás mudo... hasta el día en que esto suceda, por no haber creído mis palabras" (Lc 1:20).
Este silencio impuesto se convierte en símbolo espiritual: el silencio del corazón que no logra creer plenamente en las promesas de Dios. Pero también es escuela de espera. Y cuando finalmente Juan nace y Zacarías confirma por escrito su nombre, su boca se abre y lo primero que brota es alabanza: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo" (Lc 1:68).
La liturgia recoge hoy también una parte de esa profecía donde Zacarías se dirige directamente a su hijo, con ternura y visión profética: "Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo; irás delante del Señor para preparar sus caminos" (Lc 1:76). Juan no solo fue el último profeta del Antiguo Testamento, sino el puente vivo hacia el Nuevo. Su misión fue clara: preparar el corazón del pueblo para recibir al Salvador, con un llamado urgente a la conversión y al bautismo de arrepentimiento. Por eso Jesús mismo dirá de él: "Entre los nacidos de mujer, no hay ninguno mayor que Juan" (Lc 7:28). Pero esta preparación no es solo cosa del pasado. San Pablo, en la Epístola de hoy, nos habla a nosotros, aquí y ahora: "Es ya hora de despertaros del sueño... La noche está avanzada, el día se acerca" (Rom 13:11–12). Él nos invita a vivir como “hijos de la luz”, dejando atrás las obras de las tinieblas, revistiéndonos de Cristo: "Revestíos del Señor Jesucristo y no busquéis satisfacer los deseos de la carne" (Rom 13:14).
El mismo Pablo nos recuerda que la vida del creyente no es de juicio ni de condena entre hermanos. Dice con fuerza:
"Quien come, no desprecie al que no come; quien no come, no critique al que come, porque Dios también lo ha recibido a éste" (Rom 14:3).
Así entendemos que ser precursor no significa imponer ni señalar, sino vivir la luz de Cristo con misericordia, humildad y verdad. Hoy, esta fiesta nos deja tres caminos de conversión:
· Vivir en vigilancia espiritual, como dice San Pablo, sin dejarnos adormecer por la costumbre o el pecado.
· Reconocer a Dios en medio de nuestras dudas, como Zacarías, que en el silencio aprendió a confiar.
· Anunciar al Señor desde nuestro propio desierto, como Juan, con la vida más que con las palabras.
Dios cumple sus promesas, aunque no entendamos el “cómo” ni el “cuándo”. En medio de nuestras propias limitaciones, dudas o silencios, Él puede hacer surgir una alabanza como la de Zacarías. Nuestra vida también puede convertirse en una voz que clama en el desierto, anunciando con esperanza al Cordero que quita el pecado del mundo. Que como San Juan Bautista, seamos precursores del Señor en el mundo de hoy, no necesariamente con sacrificios extremos, sino con una fe viva, una vida luminosa y un corazón abierto al Reino que ya está entre nosotros.
Amén.
Tropario - Tono 4.
Profeta y precursor de la venida de Cristo, aunque no podemos alabar dignamente honramos en el amor a tu nacimiento, por lo que terminó el silencio de tu padre y la esterilidad de tu madre, proclamando al mundo la encarnación del ¡Hijo de Dios!
Kontakion - Tono 3.
Hoy en día la mujer antes estéril da a luz al Precursor de Cristo, que es el cumplimiento de todas las profecías; en el Jordán, cuando él puso su mano en el anunciado por los profetas, él se reveló como profeta, y precursor del verbo de Dios








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