Domingo 8 Post-Pentecostés/ TONO 7
- Arch.D_Estefan

- 2 ago
- 4 Min. de lectura

EPÍSTOLA:
1Cor 1:10-18
EVANGELIO:
Mt 14:14-22
COLOR LITÚRGICO:
Dorado
Hoy, la Palabra de Dios nos interpela desde dos realidades profundamente conectadas: la unidad en la fe y el compartir generoso del pan. La primera carta del apóstol Pablo a los Corintios nos exhorta a no permitir divisiones entre nosotros; y el Evangelio según san Mateo nos relata con Fuerza espiritual y Compasión Divina la primera multiplicación de los panes y los peces. En ambos textos resuena un mismo llamado: construir comunidad, desde la unidad interior y desde el servicio fraterno. Lo que Pablo denuncia en Corinto es lo mismo que Jesús corrige en sus discípulos: la tentación de dejar que otros se encarguen, de desentendernos, de separar lo espiritual de lo concreto, pero la fe cristiana es profundamente comunitaria y encarnada.
Pablo, con claridad apostólica, amonesta a los corintios porque han comenzado a dividirse entre sí, diciendo: “yo soy de Pablo”, “yo soy de Apolo”, “yo soy de Pedro”, “yo de Cristo”; es decir, se estaban formando partidos y bandos dentro de la Iglesia, y Pablo corta de raíz ese problema: “¿Está dividido Cristo?” esta pregunta resuena como un eco profético en nuestros tiempos. A veces, incluso dentro de nuestras parroquias, comunidades o diócesis, olvidamos que somos uno en Cristo, no importa si nos sentimos más cercanos a un sacerdote u otro, a un grupo pastoral o a otro. Lo esencial es que hemos sido bautizados en el mismo Cristo y para el mismo Evangelio. La unidad no es uniformidad, sino comunión en la diversidad. Es el reflejo del Dios trino: distintos, pero inseparables. Por eso, Pablo no busca anular los dones diversos que Dios ha repartido, sino que no se conviertan en motivo de competencia o de vanagloria.
Pasando al Evangelio, nos encontramos con una de las escenas más entrañables del ministerio público de Jesús; una gran multitud lo sigue, y Él se compadece, esa palabra: “compasión”, debe convertirse en el motor de toda acción cristiana. No es lástima, no es buena voluntad pasajera; es sufrir con, ponerse en el lugar del otro. San Marcos, en el relato paralelo, agrega un detalle bellísimo: “los vio como ovejas sin pastor, y comenzó a enseñarles”. El primer alimento que Jesús les da es la Palabra, el hambre espiritual es anterior al hambre corporal; Por eso, el milagro de los panes está profundamente ligado al anuncio del Reino.
Ante la multitud hambrienta, los discípulos, de forma práctica, le dicen al Maestro: “Despídelos para que vayan a comprar alimento” Jesús responde con una afirmación que es un mandato: “No tienen que irse, denles ustedes de comer.” Aquí está el núcleo pastoral de este Evangelio, Jesús no actúa solo, invita a sus discípulos a involucrarse. Los pocos panes y peces que tienen, los pone en sus manos para que ellos repartan; no basta con tener fe o admirar a Jesús, El verdadero discípulo participa en su misión; este gesto anticipa el gran misterio de la Eucaristía. Jesús bendice, parte y entrega, y hoy, sigue haciéndolo a través de su Iglesia: alimentando al pueblo de Dios con el Pan Vivo bajado del cielo.
PROFETA EZEQUIEL DEL SIGLO VI ANTES DE CRISTO

EPÍSTOLA:
1 Cor 5:9-6:11
EVANGELIO:
Mt 13:54-58
COLOR LITÚRGICO:
Dorado
Ezequiel (en hebreo יְחֶזְקֵאל Yeḥezqēʾl, que significa “Dios fortalece”) fue un profeta y sacerdote del siglo VI a. C., proveniente de una familia sacerdotal. Según su propio testimonio (Ez 1:3), fue deportado a Babilonia junto con el rey Joaquín y la élite de Jerusalén durante el primer exilio en el año 597 a. C. Su ministerio profético se desarrolló en tierra extranjera, entre los desterrados del pueblo de Israel.
Ezequiel ayudó a su pueblo a comprender el exilio no solo como castigo Divino, sino también como una oportunidad de conversión profunda y renovación espiritual. Con un estilo marcado por visiones simbólicas impactantes, un lenguaje dramático y un fuerte sentido del juicio y la esperanza de restauración, denunció la idolatría, la injusticia y la traición a la alianza, pero también anunció una nueva etapa para Israel.
Una de sus contribuciones teológicas más significativas fue reforzar la idea de la responsabilidad personal ante Dios, afirmando que cada uno será juzgado por sus propios actos (Ez 18), rompiendo así con la noción de que el castigo recaía automáticamente sobre generaciones. Además, profetizó una renovación interior, prometiendo que Dios daría a su pueblo “un corazón y un espíritu nuevos” (Ez 36:26), lo que la tradición cristiana interpretará más tarde como la figura del Espíritu Santo que transforma y santifica al creyente.
Tropario del Santo Profeta Ezequiel (Tono 2)
“Celebramos, Señor, la memoria de tu profeta Ezequiel;
por su intercesión, sálvanos, oh Dios, misericordioso.”
Kontakio del Santo Profeta Ezequiel (Tono 4)
“Iluminado por el Espíritu, tu corazón puro se convirtió en morada de la profecía más resplandeciente;
pues viste cosas lejanas como si estuvieran cerca.
Por eso te honramos, bienaventurado y glorioso profeta Ezequiel.”
Santoral
Domingo 8 Post-Pentecostés/ TONO 7
Domingo 3
Prof. Ezequiel S.VI a.C.
(1 Cor 5:9-6:11/Mt 13:54-58)
(1Cor 1:10-18/Mt 14:14-22)
Semana 9 Post-Pentecostés/Tono 7
Lunes 4
María Magdalena isoapostólica
(1 Cor 9:2-12/Lc 8:1-3)
(1Cor 11:31-12:6/Mt 18:1-11)
Martes 5
Icono- Madre de Dios de Pochaev (1675)(Почаевская)
Trofimio, Teófilo y 13 compañeros Mártires (Siglo IV)
(1Cor 12:12-26/Mt 18:18-22;19:1-2,13-15)
Mércoles 6
Boris y Gleb (Bautizados David y Romano)/ Príncipes Rusos (1015).
(1Cor 13:4-14:5/Mt 20:1-16)
Jueves 7
Dormición St. Ana Madre-Theotokos
(Gal 4:22-31/Lc 8:16-21)
(1Cor 14:6-19/Mt 20:17-28)
Viernes 8
Hermolao y compañeros Mártires de Nicomedia
(1Cor 14:26-40/Mt 21:12-14,17-20)
Sábado 9
Pantaleón Medico/ Gran Mártir (305)
(2 Tim 2:1-10/ Jn 15:17-16:2)
(Rom 14:6-9/Mt 15:32-39)








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